Existen varias versiones de la leyenda sobre la sirena de Varsovia. Según la más popular, que es trasmitida por los guías turísticos de Varsovia, la sirena nadó desde el mar Báltico hasta la ciudad a tráves del Vistula, y llegó a las cercanías de lo que es hoy la Ciudad Vieja. Cuando salió a tierra firme para descansar le gustó tanto el lugar que decidió establecerse definivamente en él. Muy pronto los pescadores de la zona notaron que alquien agitaba las olas del río, enredaba las redes y liberaba los peces de las nasas. Decidieron saldar cuentas al intruso, pero la belleza de auel ser, mitad mujer mitad pez.
Al tener noticias de ella cierto comerciante, éste no tardó mucho en calcular lo que podría ganar mostrándola por las ferias. Logró capturarla con artimañas y la encerró en un cobertizo sin acceso al agua. El hijo de un pescador escuchó el llanto de la sirena y, con la ayuda de algunos amigos, la puso en libertad. En señal de gratitud la sirena prometió a sus liberadores que en caso de necesidad ellos también podrían contar su ayuda. Y desde entonces La Sirenita de Varsovia, armada con una espada y un escudo, defiende la ciudad y a sus habitantes.
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